1.2.14
CON FANON - (MALDONADO-TORRES)
Con Fanon, ayer y hoy, por Nelson Maldonado-Torres
Nelson Maldonado-Torres es presidente de la Asociación Caribeña de
Filosofía.
En el contexto del cincuenta aniversario de la muerte de Frantz Fanon, este
corto ensayo intenta delinear la relevancia de la obra de este autor, dentro
del contexto de continuas movilizaciones anti-colonialistas y anti-racistas en
el Tercer Mundo y el Primero. El ensayo ofrece una visión algo distinta a
otras expresiones recientes, tales como las de Philippe Pierre-Charles y Oliver
Besancenot, e intenta establecer algunas líneas de contacto con movimientos
sociales actuales, tales como los "indígenas de la república" en
Francia.
Hace poco más de cincuenta años el gran pensador y veterano
martiniqués y argelino Frantz Fanon escribió, “La explosión no tendrá lugar
hoy. Es demasiado pronto…o demasiado tarde” (1973:7). Fanon escribió
estas palabras luego de haber participado con la resistencia francesa en la
Segunda Guerra Mundial, y antes de haber llegado a Argelia y unirse al Frente
de Liberación Nacional. Su participación en ambas guerras tenía algo en
común: su oposición al racismo, al imperialismo, al colonialismo, y ante la
deshumanización de unos pueblos y sujetos por otros. Explosiones hubo por
doquier durante esas guerras, y aún así, la persistencia de los problemas que
Fanon confrontó entonces indica que “la explosión” que los llevaría a un final
todavía no ha llegado, y no es seguro si llegará.
Es en esas mismas condiciones existenciales e históricas
que, en un sentido, todavía nos encontramos hoy, cincuenta años a partir de su
muerte. Si bien es cierto que las relaciones coloniales formales no son ni
tantas ni tan obvias como lo fueron entonces, habría que también admitir que
todavía existe un patrón de poder global y un universo de representaciones
simbólicas fuertemente enraizados en la larga historia de las relaciones
coloniales modernas, incluídos aquí, entre otros, el racismo, la esclavitud, y
el genocidio modernos. Muy en línea con Fanon, el sociólogo peruano
Aníbal Quijano se refiere a esto como la colonialidad del poder y la pensadora
Jamaiquina Sylvia Wynter el nuevo “propter nos”, o discurso civilizatorio, de
la modernidad.
A la luz de esto, el reto hoy continúa siendo luchar contras
las relaciones formales de colonización, así como diseñar estrategias de
oposición y cambio con respecto a las dimensiones coloniales, racistas, y
deshumanizadoras de los estados-nación y de un patrón global de poder que no
puede denominarse meramente como capitalista. Fanon mismo nos aconsejaba
en su clásico Los condenados de la tierra a evitar planteamientos que reducen
el problema del colonialismo y el racismo a uno de clase: "En las
colonias, la infraestructura es igualmente una superestructura. La causa es
consecuencia: se es rico porque se es blanco, se es blanco porque se es rico.
Por eso los análisis marxistas deben modificarse ligeramente
siempre que se aborda el sistema colonial" (1977:34).
Cincuenta años después de su muerte, nos falta mucho todavía hoy por entender y
asimilar todas las dimensiones de esta sentencia fanoniana, sobre todo dentro
de círculos de izquierda.
Los problemas que Fanon observó y diagnóstico en las
colonias nunca fueron relevantes sólo en ellas. La colonialidad del
poder, del ser, del conocer, y del género (ver el trabajo de L.Gordon, R.
Grosfoguel, M. Lugones, W. Mignolo, A. Quijano, B. de Sousa Santos, C. Walsh, y
S. Wynter entre otras y otros), se forjó en la colonia, en el barco con
esclavos, en la plantación, en el espacio íntimo de la casa, en el estado, y en
la relación entre imperio y colonia, y entre centro y periferia. De allí
se expandió de múltiples formas, de modo que hoy en día está por doquier y nos
afecta a todos. A la vez, no es extraño que la colonialidad se muestre de
forma particularmente viciosa con relación a sujetos racializados y a aquellos
provenientes de colonias actuales y antiguas. Por eso es que hoy, cincuenta
años tras la muerte de Fanon, su pensamiento sea altamente relevante no sólo
con respecto a entender las dinámicas de la “colonialidad global”, sino también
con respecto a los modos de exclusión encontrados y los esfuerzos de
re-humanización organizados por descendientes de esclavos y sujetos coloniales,
al igual que de migrantes provenientes del Sur Global a las metrópolis y
ciudades de los antiguos imperios, entre otros grupos de sujetos cuya misma
humanidad está en cuestión.
Si bien Fanon visitó una Europa que había sido visitada
recientemente por excesos de la colonialidad, manifestada en la hybris
imperialista y racista hitleriana, hoy en día Europa es frecuentada más que
nunca antes por los sujetos coloniales procedentes de regiones donde se
ingeniaron elementos cruciales de la colonialidad. Y es con respecto a
estos que Europa continúa mostrando su manera usual de esconder los problemas
que ella misma crea y que otros sufren, y de patologizar las comunidades y los
movimientos que protestan o buscan cambio. Algo similar también ocurre en
los Estados Unidos, con su ataque a migrantes de habla hispana y otras comunidades
de color, y no es extraño encontrar actitudes parecidas en las élites del Sur
Global.
Hoy todavía más que ayer Fanon es relevante no sólo en la
colonia, sino también en la metrópolis. Y es allí, en la metrópolis, donde se
dice que no hay racismo porque sólo hay ciudadanos, mientras “ciudadano”
significa sólo un tipo particular de ser humano que no admite ni acepta
elementos fundamentales de la humanidad de comunidades y sujetos que son
percibidos como fuera de la norma. Es allí también donde la denuncia del
racismo y la afirmación de la humanidad completa de los sujetos excluidos y
deshumanizados lleva a tildarlos de esencialistas, es decir, a
re-patologizarlos, o a decir que confunden el problema porque usan tecnicismos
particulares como “poscolonialismo” u otros. Todavía hoy, en la metrópolis,
como en otros lados, las derechas se juntan con las izquierdas al momento de
negar o silenciar el racismo, y al momento de deslegitimar a grupos sociales
que desafían las normas interpretativas modernas, ya sea liberales,
conservadoras, o marxistas, que presumen dictar lo que es acción social y
política. No es extraño pues, que a la luz de tales afrentas, estos
sujetos encuentren apoyo en Fanon, y sobre todo en un Fanon que nunca puso el
método por encima de la gente y que estaba muy familiarizado con las tramas
complejas del racismo y la colonialidad.
Poner en acción el pensamiento de Fanon conlleva hoy no sólo
celebrar sus palabras y actos, sino participar en la descolonización y
des-racialización de la sociedad y el estado en que uno habita y del mundo. Es
ese compromiso con los condenados en el presente, más que con una futura
posible o imposible “explosión” y muchos menos con la patologización y
re-patologización de grupos a los que les importa su identidad cultural, que
mejor refleja una acción fanoniana hoy. Los “condenados” también tienen sus
retos, y el pensamiento de Fanon ayuda tanto a la auto-crítica como a la
formulación de metodologías y estrategias para construir lazos entre
comunidades distintas de condenados. Desde el Caribe hasta Francia, de Francia
a Argelia, de Argelia al resto de Africa y a Estados Unidos, de Estados Unidos
a América Latina, y de America Latina a Asia, tales, y muchas otras, pueden ser
las conexiones y trayectorias diversas de la acción descolonial. Todavía aquí
Fanon tiene demasiado que decirnos.
Fanon escribió “pertenezco irreduciblemente a mi época.”
Con todas las diferencias significativas entre el mundo en que Fanon vivió y el
nuestro, quizás nos toque todavía admitir que continuamos perteneciendo tanto a
la época como al pensamiento vivo de Fanon. La descolonizacion es un proyecto
inconcluso.
BIBLIOGRAFÍA
Frantz Fanon (1973) Piel Negra, Máscaras Blancas (Editorial Abraxas, Buenos
Aires).
Frantz Fanon (1977) Los condenados de la tierra (Fondo de Cultura Económica:
México)
Fuente:
www.decolonialtranslation.com/
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