2.3.05

 

¿Quién es Guy Debord?

Guy-Ernest Debord (1931-1994)

Nacido en París, Francia, en 1931, en el seno de una familia acomodada. En 1950 se unió al movimiento letrista de Isidore Isou y, dos años más tarde, crea la Internacional Letrista, a la que dará expresión a través de la revista Potlatch (1954-1959), cuyos textos han sido traducidos a la lengua española (Potlatch, Literatura Gris, Madrid, 2002). El letrismo incuba un nuevo movimiento, el situacionismo, que nace a finales de los cincuenta como respuesta radical a la sociedad de masas, a la cultura mediática y a la sumisión de la innovación social a las reglas del mercado. El término situacionista hace referencia al concepto sartreano que describe el pensamiento que analiza situaciones sin buscar su modificación o cambio.

En 1958 creó la Internacional Situacionista, como instrumento de rebeldía frente al sistema y sus nuevas formas de dominación, que desapareció en 1972, al tiempo que Debord comenzó a apartarse de la vida pública. En 1967 publicó su obra más conocida, La societé du spectacle [La sociedad del espectáculo], en la que denuncia la mutación que el capitalismo hace del pensamiento por el espectáculo como sustrato ideológico de dominación.

El espectáculo crea un presente perpetuo apoyado en el espejismo de la tecnología, en el que es posible la ocultación, el simulacro, la mentira. La ficción y la apariencia toman la delantera a la realidad. En definitiva, la inversión de la vida, la autonomía de la ‘no vida’. Se trata, sin duda, de un texto en el que se construye una de las críticas más severas sobre el papel de la mediación cultural.

En los años ochenta reiteró sus convicción acerca de la función del espectáculo, que define como ‘espectáculo integral’, la nueva forma de control hegemónico que surge tras el fin de la guerra fría, tras la caída del comunismo y la afloración de la corrupción en los estados democráticos. La vía libre para la unidireccionalidad del capitalismo que anunciase el análisis marcuseano.

La imagen de la sociedad es una síntesis de la lucha de intereses, de la capacidad de imposición de unos sectores sobre otros, del papel determinante que el control tecnológico de las ilusiones –medios y cultura- tiene en el proceso de dominación. Tecnología, cultura y medios, que gratifican al individuo y lo seducen, son también para Debord instrumentos de sometimiento al servicio de la racionalidad de la economía y del mercado. Instrumentos que desarrollan hábitos de sumisión, desarme del individuo como ser social, cosificación, falsas necesidades. Es precisamente el carácter ‘innecesario’ de la sociedad del espectáculo lo que habilita al individuo para salir de ella, que es la propuesta de ruptura de Debord.

Autor, además del libro ya referido La sociedad del espectáculo, de Considérations sur l'assassinat de Gérard Lebovici (1985), Commentaires sur la société du spectacle (1988) y Cette mauvaise réputation (1993).

Es asimismo autor de seis películas, la primera de ellas dedicada al marqués de Sade (Hurlement en faveur de Sade, 1952), una provocación en blanco y negro que agrede y niega la dimensión expresiva del cine. También realiza La société du spectacle (1973), Réfutation de tous les jugements (1975), etc.

En 1994 se quitó la vida de un disparo al corazón. Sus memorias sobre una vida intensa y controvertida habían quedado plasmadas el libro Panegírico (1989).



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